La conciencia de saber a dónde van aquellos que asisten a cultos de estas características buscando una excusa para simular su decisión de haber ido.
En relación al triple crimen por supuesta causa de posesión, cabe decir que muchas personas llegan a la iglesia queriendo simular ingenuidad: “Padre, yo no sabía. Me llevaron y me hicieron un ritual con tambores, mataron un animal y me rociaron con sangre, me cortaron las uñas y un poco de pelo”, y así explican su experiencia luego de haber asistido a uno de estos cultos. No puedo decir que lleguen arrepentidas, pues simulan que no sabían.
Pero lo cierto es que todos saben a dónde van cuando asisten a un culto de estas características, con sacrificio de animales y demás. Con esto quiero decir que buscan una ‘coartada’ para simular su decisión de haber asistido a estos lugares. Prueban y así les va.
En el caso de este terrible hecho macabro y sangriento, bien puede ser una coartada que como estrategia busca desligar la responsabilidad del asesino. Pero yo agrego que inclusive el haber asistido a este culto agrava su responsabilidad, ya que se sabe qué fuerzas se movilizan allí y qué clase de ‘energía’ es la que se invoca.
Este sujeto fue a buscar la fuerza (oscura) en el bajo mundo espiritual para alcanzar el objetivo criminal que ya tenía en mente. ¿Fuerzas espirituales que le ayudaran a concretar estos crímenes? Sí.
Fuerzas que habilitó concientemente al asistir a dicho lugar. Contrato hecho con el mal a sabiendas, para obtener la fuerza necesaria que le permitiera darle fin a esas vidas de forma sangrienta. ¿Pacto entonces? Sí, también es un pacto, pues fue a sabiendas de lo que allí se hacía, de las fuerzas que allí se invocaban y habilitó su alma con el odio previo que ya tenía instalado en su mente y su corazón.
Terreno fértil para la acción satánica, pero de ningún modo una posesión “sorpresiva” (ninguna lo es, y el ejemplo está en el juego de la Ouija, todos saben qué consecuencias trae y aún así se arriesgan participando del mismo). Pacto satánico con el fin propio del diablo tal y como lo afirma la palabra de Dios: “el ladrón no viene sino a hurtar, matar y destruir” (Evangelio de San Juan cap. 10, verso 10) refiriéndose el mismo Jesús a la acción del diablo.
- El autor es obispo de la Iglesia Luterana, especialista en demonología y sacerdote exorcista.
Por Manuel Acuña
Fuente: http://www.diariopopular.com.ar/notas/166278-cultos-satanicos-y-conocidos-peligros